Alergia a la alegría

Hoy la mañana me sonreía,
y yo, que tengo alergia a la alegría
no he sabido cómo complicarme el día.

No he sabido amargarme el café
ni ahogarme en tareas
ni amilanarme con porqués
ni saltar al divisar la azotea.

Mira que lo he intentado
pero no me ha quedado
remedio.
Hoy el día no ha sido malo
y he escapado al tedio,
sonriente interiorizado,
estornudando por dentro.

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