Horario entre semana

Entre semana
me levanto temprano siempre.
No todos los días tienen azúcar.
El amargor del café a veces
está en las nubes
y no necesito gafas de sol
para ocultar que no me gusta madrugar.
Piso a fondo para rozar
el límite de tiempo de los horarios
y atiendo en clase
a mis propios pensamientos.
¿Qué es el aprendizaje si no eso?
Como a deshoras
desequilibrando toda dieta
y me desenamoro del deseo
unas cinco veces por fotograma
de una historia juntos.
Vivo lo que escribo porque es bucle lo que rizo
y rozo sueños cumplidos con los dedos
al contacto con la almohada.

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