El agua todo perdona

Ahora que estamos a solas
la espuma y la sal de las olas,
se disipa en mí la bruma
y el agua todo perdona.
Da igual arena mojada
o rocas escarpadas,
el agua con sal me evoca
la calma nunca alcanzada.
Oigo el fuerte resonar
de la marea al estallar
y sabe cualquiera que me vea
que no puedo vivir sin el mar.

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