La problemática de la salamanquesa

Encontré una salamanquesa que huyó
a mi cuarto en mitad de la noche.

No podía dejarla ahí
pero me resistía a matarla a sangre fría.

Conseguí darle caza con mi papelera
y salí a la terraza
con el animal vivo,
quieto, esfinge.

No sabía qué hacer con él
pero no podía estar en ese in-pass eterno.
Lo dejé caer a un tejado más bajo.

El sonido fue hueco.
Rebotó.

Volvió el silencio a la noche…

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