En paz en el mar

Después de tanto caminar
llegué hasta la playa
y me metí en el mar.
Veloz, comencé a nadar.

El suelo se deshacía
entre los dedos
de mis pies
y el frío en mi cuerpo
solo anticipaba
el que pasaría después.

Pero estaba en paz.

Flotando…
Buceando
sin preocuparme
de nada más
en el agua.

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