Cerré los ojos

Cerré los ojos para encontrarme con Morfeo
pero no vi a nadie
una vez allí.
Sólo vi la oscuridad.

Bueno, ni siquiera podría afirmar
que “viera” nada.
Cerré los ojos pero no soñé,
el niño que fui se fue
y la imaginación era una roca
que el agua del fluir del tiempo
erosionaba impasible.

Simplemente, dormí.

Abrí los ojos para encontrarme
con la oscuridad del anochecer
y la lluvia cayendo afuera
en la ciudad.

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