Año sabático

Las Artes acabé,
se avecinaba mi futuro pero yo me relajé,
aconteció que ante el examen me precipité
y fallé.
Así que terminé
viviendo por la noche entre sorbos de té,
y mamá
cada mañana
me despertaba a hora temprana
de la cama
mientras yo hacía un drama.
Aunque seguí siendo simpático
en mi año sabático
relajado en el ático
documentándome y buscándome
pero no encontrándome.
Hubo algunas tardes sosas
y aprobé algunas cosas
de manera desastrosa
pero no poco decorosa.
Pasaba las mañanas al abrigo
de las risas en casa de algún amigo
a veces un tanto dolido
mas normalmente divertido.
Me busqué a mi mismo
y al primer atisbo
quién lo diría
canalicé mis cosas en poesía,
a veces tierno, a veces duro
planteando el futuro
como “El Poeta Oscuro”.
No habrá otro año igual, lo juro.

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